Cuando leemos la frase: “Diseño es toda acción creativa que cumple una finalidad”, nos damos cuenta que esta relación armónica entre forma y función, está constantemente presente en nuestras vidas, y que el diseño es el tronco matriz del cual se diversifican las distintas ramas de un accionar, en el que estética y finalidad, forman una unión indivisible. Pero esa forma de concebir la creación se la debemos sin dudas al “Pensamiento Bauhaus”.

La escuela Bauhaus, fundada en 1919 por el arquitecto Walter Gropius en Weimar (Alemania), tenía como objetivo central, a partir de un concepto estructural devenido de la arquitectura, relacionar entre sí a todas las disciplinas del arte y el diseño, combinando la adquisición de conocimientos teóricos ,con la aplicación de los mismos en talleres prácticos mediante los cuales, los estudiantes interiorizaran la utilidad de lo aprendido , a partir de ciertos principios básicos sobre la organización de la forma en el espacio. Establecidos por las Vanguardias Artísticas del siglo XX, de las cuales formaban parte algunos de sus profesores, como Paul Klee y Vasili Kandinsky, así como Theo van Doesburg, proveniente del movimiento holandés “De Stijl”, también de otros movimientos de la época, como El Lissitzky, diseñador gráfico constructivista, el artista plástico Johannes Itten, el urbanista Hannes Meyer, el pintor y fotógrafo Lazlo Moholy-Nagy, quien posteriormente sería uno de los directores de la institución, del mismo modo, y como otra muestra del espíritu innovador que los animaba, la aportación femenina estuvo presente en los talleres textiles creados por Anni Albers y Gunta Stolzl, de metales como los orientados por Marianne Brandt, o la ceramista Margarete Heymann. Todos ellos formaron parte de un nutrido grupo de docentes, que se dieron a la tarea de crear una “Filosofía Bauhaus”, que defendía el principio minimalista de aplicar la simplificación geométrica como base, en oposición a todo ornamento no relacionado con la función, tanto en productos bidimensionales, como en los tridimensionales, esta fundamentación estética terminaría por adoptar el nombre de “racionalismo”.

La Bauhaus introdujo un experimento pedagógico, que animaba a los estudiantes a trabajar cualquier proyecto, a partir de la forma abstracta, y aplicarla con distintos materiales como: papel o cartón, madera, metal, cerámica, cuero y tejidos, con el objetivo de crear productos funcionales, desde sillas hasta teteras, lámparas, alfombras, murales y carteles, defendiendo siempre el principio de: ”Menos es más” introducido por el arquitecto Mies van der Rohe, quien fuera el último director de la institución.

Desde sus primeros tiempos, La Bauhaus proyectó su intención de que los productos y soluciones que emergían de sus aulas, fueran encaminados a su aplicación en el sector industrial, con ese objetivo organizaron en 1923 una exposición llamada “Arte y Tecnología, Una Nueva Unidad”, a modo de buscar financiamiento para la producción en serie de sus creaciones, que hasta incluían un nuevo modelo de vivienda popular y contemporánea, con el mobiliario empotrado para cada habitación, distribuyendo mucho mejor el espacio, pero los gobiernos locales, no prestaron demasiada atención a sus ideas.

Los profesores y estudiantes de la Bauhaus, se propusieron no solo desarrollar una institución docente, con un horario de clases, sino un estilo de vida a tiempo completo, con ese fin se fabricaron un condominio que incluía, además de los edificios para aulas y talleres, viviendas para los docentes y sus familias, y residencias para los estudiantes, concebidos con una pureza de volúmenes geométricos, que han constituido un modelo para la arquitectura racionalista que se impondría a partir de la posguerra, y aunque los estudiantes de la Bauhaus trabajaban intensamente, también contaban con tiempo para divertirse y dedicarse a actividades extracurriculares, como obras de teatro y coreografías de danza, para las que ellos mismos diseñaban los más experimentales y llamativos vestuarios, se les considera incluso, los pioneros de la llamada “Danza Abstracta”, ya que dentro de la filosofía de la escuela, el cuerpo humano era también un elemento importante de expresión y comunicación.

La Bauhaus, comenzó a ser criticada y atacada por la maquinaria propagandística nazi, que les tildaba de “bolcheviques” ,trasladándose de Weimar a Dessau en 1925, y más tarde a Berlín, hasta que finalmente en 1933, se vieron obligados a clausurarla. Poco tiempo después, la mayor parte de sus profesores emigraron principalmente hacia Estados Unidos, donde continuaron desarrollando sus proyectos y estrategias docentes, y aunque en realidad la vida de esta aportadora institución fue más bien breve, pues solo permaneció abierta durante catorce años, su influencia en la pedagogía del arte y el diseño es imperecedera, y además consolidó una estética, que al implementar el minimalismo geométrico como base para la creación de todo tipo de productos ,les dio una vigencia que en muchos casos se mantiene hasta la actualidad, ya que al apreciar muchas de sus creaciones ,nos resistimos a creer que cuenten con un siglo de existencia.